domingo, 3 de agosto de 2014

Inconscientes colectivos: nadie está solo

En algún sentido, nadie está solo, nunca. Todos estamos impregnados por los Inconscientes Colectivos. ¿Te suena raro en plural? Sin embargo, de eso se trata. Veámoslo juntos:

Te pido que imagines un huevo cocido flotando en un cuenco. El agua tiene anilina azul. De a poco, no sólo la cáscara se va tiñendo: aún la clara se vuelve celeste. Claro: la cáscara es porosa. Bien: el huevo sería tu psiquismo personal, y el agua del cuenco, el Inconsciente colectivo. Tu psiquismo también es poroso. El Psiquiatra italiano Roberto Assagioli, -pionero de la Psicología Transpersonal- hacia 1920 llamó a este fenómeno psico-ósmosis. Si el proceso de ósmosis implica que un tejido poroso absorba ciertas sustancias (como cuando nuestra piel absorbe una crema hidratante), puede afirmarse que nuestro psiquismo personal está permanentemente absorbiendo “sustancias” del Inconsciente Colectivo, que indefectiblemente tiñen nuestros estados de ánimo, nuestras creencias, nuestras opiniones... y, con ello, nuestras decisiones. Y es más complejo que esto, pues en verdad nuestro psiquismo personal no flota en un cuenco... sino en un infinito mar: no podemos delimitar las orillas del Inconsciente Colectivo.

         Es necesario completar esta metáfora con otro salto de tu imaginación: concebir que ese huevo está vivo y radiante, de modo tal que no sólo se impregna del agua en la que flota, sino que a su vez él impregna al agua con lo que irradia; se trata, entonces, de un movimiento bidireccional: no sólo pasivamente absorbemos lo colectivo, sino que le hacemos un aporte desde nuestro propio Inconsciente. Así, cada ser humano es responsable, en alguna medida, del legado que su Inconsciente personal hace al Inconsciente Colectivo de la Humanidad: hacia las personas de su época, pero también hacia los que aún no han nacido, y que participarán de ese legado cuando sea su tiempo...

Pero... ¿por qué en plural? Graficando esta metáfora, tendríamos que imaginar el agua como una superposición de sucesivas capas de distinto color, que van envolviendo a ese huevo, tiñéndolo de diversos matices; tu psiquismo personal está interpenetrado por varios Inconscientes Colectivos: el de la cultura en la que estás viviendo, el de tu familia, el de tu equipo de trabajo, tu grupo de amigos, y aún el que se da entre dos personas (por ejemplo, en una pareja). Cuando se trabaja en psicoterapia desde estos conceptos, los diversos Inconscientes Colectivos pueden ser puestos a jugar a favor: existen distintas Técnicas de Acceso Directo al Inconsciente destinadas a ayudar a que esta psico-ósmosis sea sana, y a reconocer posibles toxinas psíquicas.

La comprensión de que nuestro psiquismo está ligado al de otros no fue desconocida por distintas Tradiciones de Conocimiento, por lo cual proponen que el trabajo sobre sí mismo no sea un acto solamente solitario, sino inscripto en una interacción con otros que cultiven la misma intención: cuando estás participando de un Grupo de autoconocimiento, en cualquier línea que sea, estás sintonizado con una modalidad especial del Inconsciente Colectivo. Desde cerca o a la distancia (como lo venimos viendo en los grupos de Psicología Transpersonal que trabajan juntos a través de internet, desde cualquier lugar del mundo), se va creando una fuerza en común, una nutrición recíproca, en la que todos pueden aprender de todos, con una extraña sensación de compañía esencial. El saber que mi esfuerzo individual está siendo acompañado en este mismo instante por otro que hace su propio esfuerzo, donde sea que esté, vigoriza el espíritu, y estimula la posibilidad de vencer las dificultades del Camino. Algunos dicen que inclusive uno se enhebra con quienes han hecho esa misma tarea interna hace siglos. Será porque el Inconsciente sabe que el tiempo y el espacio son sólo una ilusión. Y que nadie está solo. §


© Virginia Gawel
www.centrotranspersonal.com.ar
Publicado en la revista "Uno Mismo", año 2009.

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