Cada tanto, navegando las aguas de los ríos humanos, encuentro que hace falta alguna palabra que no existe, siendo que ninguna preexistente describe mejor el concepto al que habría que aludir. Y a lo que hoy quiero referirme hoy es a la autoternura. Si hablamos de “autodeterminación”, “autoestima”, “autopreservación” y tantos otros “autos”... ¿no es sospechoso que no exista justamente esa palabra? Casi siempre aquello que aún no fue nominado está señalando (por su falta en nuestro lenguaje) que, o bien existe pero preferimos ocultarlo (como el concepto de “violencia de género”) o bien es una característica que necesitamos desarrollar más, instalarla, concientizarla (como ha sido, en el extremo opuesto del mismo tema, el término “empoderamiento” referido a quien había quedado desposeído de plena entidad personal).
“Autoternura” no es “autoestima”. Es más: la palabra “autoestima”, en lo personal, me parece lisa y llanamente espantosa! Me explico: convivo conmigo desde hace 51 años; si lo único que hubiera logrado en todo ese tiempo es “estimarme”, creo que estaría en problemas (tal como si a mi mejor amiga de la adolescencia le dijera “Ay, cuánto te estimo, Marcela!”; ¿se imaginan?). No, no se trata de “autoestima”. Necesitamos más que eso: un afecto profundo que nos vincule con quienes somos, tal como el que podemos sentir, justamente, por esos amigos que son más que hermanos. De hecho, en la Psicología del Budismo existe un término para el que Oriente no guarda traducción literal: Maitri. Como no hay una sola palabra para describirlo, necesitamos traducirlo con varias: “amistad incondicional consigo mismo”. Y valga la aclaración de que no se trata sólo de un concepto (como tampoco lo es la amistad cultivada para con otra persona!): se trata de una práctica cotidiana. Un modo de bientratarse, de elegir para sí, de “deselegir” (palabra también necesaria!), de mirar con sana compasión nuestras limitaciones, de amar nuestras características de una manera no-narcisista (tal como amamos la idiosincrasia de aquellas personas investidas por nuestro afecto). Sin juicios feroces; sin críticas despiadadas; sin falta de perdones; sin vanidades que nos distorsionen nuestras reales maravillas. Otra vez: tal como describiríamos a un amigo muy querido, a un compañero de camino con quien hayamos andado largo trecho. Ternura. Autoternura.
La ternura abarca pacientemente lo que el otro (o uno mismo, en este caso) aún no puede; pondera los valores ponderables; sabe que todo va transformándose, acompañando con calidez esos devenires. Y también tiene una cualidad peculiar, como gesto característico: la sonrisa. Si hablamos del vínculo para con nosotros mismos, poder sonreír ante lo que somos es una virtud que siempre acompaña a la sabiduría. Cuando no podemos reír sanamente de lo que somos es porque nos falta desarrollar autoternura: desapegarnos del dramatismo que conlleva ver ciertos rasgos de sí, y asumir que, simplemente, somos humanitos en proceso (así, en diminutivo, pequeñitos en el Universo). Ah! Y que no estamos terminados. Henry D. Thoreau decía: “Somos la materia de un experimento que no deja de tener interés para mí.” La vida misma es un experimento; ¿cómo no participar de él con pasión, sin dolor demás, sin procurar día a día ejercer nuestra capacidad de ternura y de autoternura?
Quisiera compartirles un poema poco conocido del entrañable Pablo Neruda. Nada menos que su “Autorretrato”. Me lo imagino escribiéndolo con una sonrisa en los labios y un sentimiento no-egoico de profundo afecto hacia sí mismo, pues se autorrefiere tal como describiría a su amigo más hermano (incluyendo ese tono lleno de gracia con el que llega al final del poema)... Que nos reúna en el sentimiento para poder vivenciar esa actitud, día a día, hasta que se nos quede tatuada en el pecho...
“Por mi parte,
soy o creo ser duro de nariz,
mínimo de ojos,
escaso de pelos en la cabeza,
creciente de abdomen,
largo de piernas,
ancho de suelas,
amarillo de tez,
generoso de amores,
imposible de cálculos,
confuso de palabras,
tierno de manos,
lento de andar,
inoxidable de corazón,
aficionado a estrellas, mareas, terremotos,
admirador de escarabajos,
caminante de arenas,
torpe de instituciones,
chileno a perpetuidad,
mudo para enemigos,
entrometido entre pájaros,
mal educado en casa,
tímido en los salones,
audaz en la soledad,
arrepentido sin objeto,
horrendo administrador,
navegante de boca,
yerbatero de la tinta,
discreto entre animales,
afortunado en nubarrones,
investigador en mercados,
oscuro en las bibliotecas,
melancólico en las cordilleras,
incansable en los bosques,
lentísimo de contestaciones,
ocurrente años después,
vulgar durante todo el año,
resplandeciente con mi cuaderno,
monumental de apetito,
tigre para dormir,
sosegado en la alegría,
inspector de cielo nocturno,
trabajador invisible,
desordenado, persistente,
valiente por necesidad,
cobarde sin pecado,
soñoliento de vocación,
amable de mujeres,
activo por padecimiento,
poeta por maldición y tonto de capirote.”
(Publicado por la revista Sophia OnLine en diciembre de 2012.)
© Virginia Gawel
© Virginia Gawel
Bellísima imagen! Mucho debo como adulto, aún aprender de la ternura de los niños. ¿Los niños o mi niño interior que reclama ternura? Gracias por compartir!!!
ResponderEliminarexcelente, realmente no me había ocupado en la autoternura, lo que siempre nos repiten es la autoestima..... para reflexionar.... gracias
ResponderEliminarHermoso !!! Muchas gracias por este regalo Virginia Gawel
ResponderEliminarLa palabra y la propuesta del Maitri es una gran revelación. La ternura me acerca a la suavidad de una caricia, la gratuidad de la dulzura, la plena consciencia en el amor. Gracias Virginia Gawel por animarnos a practicar la la ternura y la AUTOTERNURA.
ResponderEliminarMuchas gracias Virginia, siempre con la palabra justa en el momento adecuado, estoy ansiosa de conocimientos!
ResponderEliminarLindísima propuesta. Yo necesito autopaciencia, también. :-)
ResponderEliminarUsted es genial Virginia G. Voy a inscribirme al grupo online de Maitri, siempre estoy descubriendo nuevas cosas y términos interesantísimos que me hacen crecer un poco mas!! Mi admiración para ti!!
ResponderEliminarVirginia no me canso de decir que sos mi ídola porque siempre descubro algo nuevo dentro de mi. Un abrazote
ResponderEliminarVirginia no me canso de decir que sos mi ídola porque siempre descubro algo nuevo dentro de mi. Un abrazote
ResponderEliminargracias Virginia,por tu entrega desinteresada,por convidarnos tus saberes,la vida se encargo que estuvieses en mi camino.Hasta siempre.
ResponderEliminarMuchas Gracias...!
ResponderEliminarUn abrazo!
Muchas Gracias...Me contagia las ganas de saber más...
ResponderEliminarGracias Virginia!! cuanto a aprender o a recordar o a seguir conectados con ese niño que llevamos dentro, el que siempre seremos...A seguir trabajando!!Namaste!!
ResponderEliminarGRACIAS VIRGINIA POR ENSEÑARNOS TANTO,CON TANTA TERNURA!!!!
ResponderEliminarMaravillosa, Virginia, maravillosa. Tanta falta me está haciendo en mi vida esta manera de ser en la vida con la Autotransformación y todo lo que signifique MAITRI. Gracias por cruzar en mi vida con tu visión sobre la humanidad en este planeta. Saludos.
ResponderEliminarBellísima y muchas gracias por el curso, me resulta muy útil en este momento de mi vida
ResponderEliminarmaravillosa exposición del escaso desarrollo que logramos cuando se trata de querernos bien!! y poder demostrarlo. Al igual que Neruda, me reconozco como "inspectora de cielos nocturnos" e inspectora de la naturaleza en general... por eso MI NATURALEZA me importa y nunca es suficiente la ternura que pueda desarrollar hacia MI PERSONA. Gracias Virgi por este acompañamiento tan humano. Vivy Wall Behr
ResponderEliminarHERMOSISIMO POEMA DE NERUDA!
ResponderEliminarExcelente lo explicado sobre la ternura. Gracias
ResponderEliminarLA TERNURA DEL VIENTRE MATERNO DEBE ESTAR SIEMPRE EN NOSOTROS, EN ESE NIÑO INTERIOR QUE SUPO GUSTAR DE ESE MOMENTO
ResponderEliminarLeer este artículo me ha producido una emoción intensa. Tanto, que he tenido una experiencia extraña con mi hermano recién fallecido que me sonríe y mi hermana también... ellos fueron como mis padres durante mi infancia, y me dieron mucha ternura, porque yo después de 8 años cuando ya todos pensaban que no habría más hijos.
ResponderEliminarLa verdad, he tenido un largo proceso de sanación de esa infancia y siento que si este plan de autoternura llega a mí en este momento, es porque ya me amo. También he trabajado con mi niña interior. Estoy lista para recibir y compartir. Muchas gracias. Bendiciones.
Leer este artículo me ha producido una emoción intensa. Tanto, que he tenido una experiencia extraña con mi hermano recién fallecido que me sonríe y mi hermana también... ellos fueron como mis padres durante mi infancia, y me dieron mucha ternura, porque yo después de 8 años cuando ya todos pensaban que no habría más hijos.
ResponderEliminarLa verdad, he tenido un largo proceso de sanación de esa infancia y siento que si este plan de autoternura llega a mí en este momento, es porque ya me amo. También he trabajado con mi niña interior. Estoy lista para recibir y compartir. Muchas gracias. Bendiciones.
Gracias Virginia. Un nuevo-viejo enfoque para el desarrollo de uno mismo en paz.
ResponderEliminarRodolfo
Virginia, desde allá lejos y hace tiempo, desde aquellos comienzos, desde siempre, mi corazón está con vos. Te quiero mas allá de ésta vida.
ResponderEliminarGracias Virginia. Nunca antes escuche de la autoternura y es muy vaĺioso,espero seguir aprendiendo.Un afectuoso saludo par ti. Mucha Luz para tu vuda.
ResponderEliminarVIRGINIA BUEN DIA. MUCHAS GRACIAS. ME ENCANTO EL POEMA. TAMBIEN ME FALTA TANTO POR APRENDER LA AUTOTRENURA. TODO ES MUY VALIOSO.MUCHA LUZ!!!(NO SOY TECNOLOGICA, HAY ALGUNAS FUNCIONES QUE.TAMBIEN TENGO QUE APRENDER)INFINITAS GRACIAS
ResponderEliminarhERMOSOR, leerte, leer las palabras de un maestro escritor, verme reflejada en muchas, muchas, tantas voces,,,,, gracias, gracias, gracias,,,,
ResponderEliminarGracias por este maravilloso y cálido mensaje. Partícipe anteriormente de este generoso curso y lo haré nuevamente porque quiero amarme como nunca nadie antes me amó, porque quiero gozar de mis éxitos y aprender afectuosamente de mis errores. Es tan fácil autocensurarse, cuando sería tan bello aceptarnos amorosamente, entendernos y seguir adelante.
ResponderEliminarGracias por cada una de tus palabras Virginia. Gracias por todo lo que nos cuentas de tus experiencias con Tao, con tu mami. Gracias por todo.
Munay, munay en tu corazón.
Gracias por compartir este mensaje
ResponderEliminarestoy muy agradecida por la generosidad y el aprendizaje que nos aportas
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